27 de febrero de 2012

El rey depredador: Un nuevo libro que revela la opulencia en la que vive la Corte Marroquí

El rey depredador, escrito por periodistas franceses, que develan el extraordinario tren de vida de Mohammed VI y la corte, fueron prohibidos en Marruecos, donde llegaron a través de un diario español.

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Los periodistas franceses Éric Laurent y Catherine Graciet están a punto de publicar el libro El rey predador. Apoderarse de Marruecos, que, publicado por Le Seuil, saldrá a la venta en Francia el 1 de marzo.

Un adelanto del libro fue publicado este fin de semana en el diario El País de España bajo el titular "El rey predador", en una edición que fue prohibida en Marruecos por su contenido "difamatorio" para el rey Mohammed VI.

Al publicar esos avances, con carácter "difamatorio y sin pruebas", el diario causó un perjuicio "a la imagen de su majestad y a las instituciones del país (Marruecos)", según un funcionario del Ministerio de Comunicación.
A lo largo de sus 216 páginas, los autores detallan cómo fue el rápido incremento de la fortuna del rey Mohammed VI de Marruecos hasta convertirse, en 2008, en el séptimo monarca más rico del mundo, superando a los emires de Qatar y Kuwait.

La fórmula es sencilla: "En Marruecos es el pueblo el que, cada día que Dios nos da, enriquece al rey comprándole productos de sus empresas", que gozan con frecuencia de una situación de monopolio.

En un ránking de fortunas de monarcas elaborado por la revista Forbes en 2009, el rey de Marruecos, Mohamed VI, hizo una sorprendente aparición en el séptimo puesto, con una fortuna evaluada en 2.500 millones de dólares

Sobrepasaba incluso a uno rivales aparentemente provistos con más riquezas como el emir de Qatar, cuyo subsuelo rebosa de gas y petróleo, o el de Kuwait, cuya fortuna es, según Forbes, seis veces inferior a la del soberano marroquí.

Según el libro, la explicación está en que "El rey es, desde hace algún tiempo, el primer banquero, asegurador, exportador y agricultor de su país. Controla también el sector agroalimentario, la gran distribución comercial y la energía. El enriquecimiento desenfrenado del soberano y de algunas personas a sus servicios puede, sin embargo, tener consecuencias políticas incalculables cuando la población está siendo golpeada de lleno por una crisis que la empobrece y fragiliza a las clases medias (…)".

"Mohammed VI recibe cada mes 40.000 dólares de salario por ser rey (…), es decir, el doble del presidente estadounidense o del francés. Las pensiones y salarios reales, que ascienden anualmente a 2,5 millones de euros, incluyen los emolumentos girados al hermano del rey así como a sus hermanas y a los príncipes afines. No se sabe ni palabra del desglose de esa partida".

"Todos los miembros de la familia real ingresan, además, sus emolumentos, abonados por el Estado marroquí, por sus actividades oficiales, en general bastante modestas. La generosidad del contribuyente marroquí, cuya colaboración se solicita, sirve, a su vez, a costear la del rey. Bajo la rúbrica de «subvenciones del rey y de la corte» se otorgan al soberano 31 millones de euros (310 millones de dírhams) para que los redistribuya, según su antojo, como donaciones o subvenciones".

Los gastos de los 12 palacios reales repartidos a lo largo del reino, a los que se añaden una treintena de residencias en las que trabajan más de 1.200 personas, también corren por cuenta del Tesoro público, que desembolsa un millón de dólares al día.

De esos 12 palacios el actual rey solo utiliza regularmente tres o cuatro y muchos de ellos nunca recibieron su visita. Aun así se les mantiene con el mismo esmero vigilante. Jardineros, limpiadoras, cocineros se apresuran todos ellos como si el rey fuese a aparecer en cualquier instante aunque se sepa que en ese mismo momento se encuentra en la otra punta del país o que viaja al extranjero.

Los asalariados empleados por palacio cuestan cada año unos 70 millones de dólares al presupuesto del Estado. Forman una estructura piramidal que empieza por los más humildes servidores del rey hasta la cúpula compuesta por el gabinete real (300 empleados permanentes), la secretaría particular del rey, el gabinete militar, la biblioteca, el Colegio Real, varias clínicas y el equipo de mantenimiento del mausoleo de Mohammed V en el que están enterrados el primer rey y su sucesor, Hassan II.

El estacionamiento real dispone, por su parte, de un presupuesto de seis millones de euros dedicados a renovar los vehículos utilitarios, y también al mantenimiento de los coches de lujo que pertenecen al soberano. 

En tiempos de Hassan II el huésped de palacio se sorprendía al descubrir numerosos vehículos Rolls Royce, Cadillac, Bentley y demás modelos de lujo cuidadosamente alineados en los garajes reales. 

Su sucesor no dudó, por su parte, en fletar un avión militar marroquí para transportar a su Aston Martin DB 7 hasta la sede del fabricante en Inglaterra para que pudiese ser reparado con la mayor rapidez. Él es además un cliente privilegiado de Ferrari, una marca de la que ha comprado numerosos modelos.

"Sus caprichos vestimentarios tienen también un coste para el presupuesto del Estado: dos millones de euros al año", asegura el libro. "Se hizo confeccionar, por un sastre londinense, un abrigo de lana cuya factura ascendió a 35.000 libras esterlinas. Un millón de dólares es, por último, la partida para cuidados y alimentación de los animales que viven en palacio".

"Otro capítulo costoso en la ley presupuestaria: los desplazamientos al extranjero del rey y de su corte que en 2008 ascendían a 380 millones de dírhams (38 millones de euros). (…) El Boeing de su majestad exhibe un lujo ostentatorio y ha sido equipado con un dormitorio, un despacho que sirve a la vez de sala de reuniones, aparatos de musculación y un equipo de música estéreo de último grito. (…)". 

"Al rey le acompañan además entre 250 y 300 personas que embarcan en un Boeing 747 y dos Boeing 737-400 a los que hay que añadir tres Hercules C-130 para los muebles y el equipaje. En los viajes de tres semanas y 60 horas de vuelos semanales la factura supera los tres millones de dólares. (…) Sus viajes oficiales al extranjero casi siempre se prolongan con unas vacaciones".

"Se puede hacer otra comparación reveladora, que muestra hasta qué punto el futuro es incierto en un país en el que, según Naciones Unidas, el 51% de la población tiene menos de 25 años. Si se suman los presupuestos de cuatro ministerios -Transportes y Fomento, Juventud y Deportes, Cultura y Vivienda, y Urbanismo- se llega a 2.260 millones de dírhams (226 millones de euros). El resultado de esa suma es inferior al del presupuesto del palacio real (…)".

"En 2008 (…), 380 millones de dírhams (38 millones de euros) han sido desembolsados para los desplazamientos del rey dentro y fuera del país. Cuando decide instalarse durante unos días en la capital de una región, la policía y la gendarmería llevan hasta allí a miles de hombres para vigilar la zona. Si el soberano no posee ningún palacio en las cercanías, las más bonitas residencias son requisadas para facilitar su estancia y la de su numeroso séquito formado por consejeros, ministros y demás cortesanos. Convoyes procedentes de Rabat o de Marraquech transportan el mobiliario, la vajilla, las cocinas y también a los cocineros y demás personal de servicio (…)".


Coronas Reales


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